Llegué hace rato a mi casa luego de estar en la concentración del cierre de campaña de nuestro presidente y de verdad más que alivio siento un poco de angustia ante tantos rumores y cosas extrañas que he escuchado en estos últimos días.
Soy de la parte del país que cree en este gobierno y cree en el socialismo del siglo XXI como salida ante tanta desigualdad producida por el capitalismo, sistema que agoniza desde la década pasada al no dar las respuestas que necesitamos. Yo sí voto este domingo 3D, y voto rojo rojito para que este cambio de paradigma continúe, se afiance y se extienda. He leido y escuchado a aquellos que se consideran de oposición al gobierno, todos dicen la verdad cuando se quejan, pero las verdades absolutas murieron en el humanismo del siglo XV y vivimos en un mundo de relatividades, por eso tienen la razón dentro del paradigma capitalista, pero nosotros los que creemos que existe otra salida, tenemos otro paradigma. Sí, siempre estamos en un proceso dialéctico de construcción y deconstrucción, porque nacimos en capitalismo y eso nos lleva a ser ambibalentes, pero es parte del proceso.
El socialismo del siglo XXI no se puede comparar con el ESTATISMO de Cuba y la URSS, no señores, eso es otra cosa. El socialismo del siglo XXI está consciente que existen y son necesarias las libertades individuales y el reto está en conjugar estas con las colectivas de manera armónica.
Pero bueno mi gente, luego de esta descarga ideológica, lo importante es preservar la democracia, o mejor dicho ÉSTA democracia, porque vivimos en una de las sociedades más democráticas de América Latina. Juguemos limpio, si trampa, sin guarimbas, sin nada, votemos y punto, y que gane no un candidato u otro sino el país.