7/1/07

La música, literatura y vida cultural en B. A.

Para empezar en Buenos Aires hay tiendas de discos de verdad, de esas que tienen casi de todo. Existen varias cadenas, pero a las que entré fueron Musimundo y Dromo. En las más grandes de ellas hay miles de discos, los cuales para el cambio al bolívar salen a muy buen precio, hay que agregar que allá hay toda una industria del disco y ellos hacen discos, a diferencia de nosotros que los importamos básicamente de Colombia, lo que debe abaratar los precios. Compré muchos discos que aun no termino de escuchar. Respecto a los libros, hay muchas librerías de verdad y no papelerías disfrazadas de librerías, con muchos títulos para todos los gustos que van allá de los Best Sellers, autoayuda y los típicos libros de Gerencia que hay siempre en Tecniciencia. Hay muchos conciertos siempre y a muy buen precio, no se me prendió la chispa de preguntar por el costo de las entradas de Cold Play que va en Febrero, pero desde ya están agotadas las entradas. Pude ir a un concierto de Luciano Supervielle y la vaina estuvo arrechísima, con varios artistas invitados entre raperos, cantantes de tango y músicos, fueron 2 horas de un excelente show en un teatro pequeño, lástima que aunque quería no podía pararme a bailar porque compramos entradas en segunda fila y los de atrás no iban a ver, en los asientos de arriba estaba la rumbita prendida. Entré al Gran Rex a un concierto de Alejandro Fernandez, fui porque era el Gran Rex y porque nos regalaron las entradas, pero como no me gusta Alejo, de verdad ni le presté atención y me dediqué a pasar las 2 horas tomando fotos y grabando videos. En la movida cultural, hay bastantes museos y galerias, sólo entré al Museo Nacional de Bellas Artes, pero es ¡Tremenda merma! Tienen una colección arrechísima de todo el mundo y aunque no es comparable con el Louvre, es bastante grande. Hay muchos teatros con distintas obras montadas, hubiese querido entrar al Teatro Colón pero estaba en remodelación. Cefecitos donde sentarse y tener una buena conversa, hay millones por todos lados. Por cierto aunque no me gustó mucho el sabor del café, si me gustó todo el ritual. Si pides café, te traen mínimo tu taza de café con un vasito de agua pequeño que algunas veces cambian por soda, eso puede adicionalmente traer galletas y hasta jugo de naranja. El té te lo sirven así: taza, bolsa de té, jarrita con agua hirviendo, jarrita con leche (si pides con leche claro), agua o soda y galletitas. Por cierto si pides té DE leche, es que te traen sólo la taza con la bolsita de té y la leche; si pides té CON leche, te traen agua hirviendo y un jarrito pequeñito de leche. Los Bosques de Palermo tiene doble vida: de día son un sitio espectacularmente verde, perfecto para trotar, manejar bicicleta, caminar o hacer un picnic; son cuadras y cuadras de lagos y vegetación y de noche es el punto de encuentro entre transexuales y “clientes”, pero eso no quiere decir que sea inseguro, estuvimos sentados más de 1 hora una noche hablando pajita y viendo el “show” y ni siquiera se acercó a nosotros una persona. De los boliches, de pana sólo conocí dos, uno de ellos el que está más de moda allá, un local bastante grande y con 2 ambientes, en uno mezclaban de Tecno y en el otro hip – hop, algo de Drum and Base y otras cosas que no identifiqué; el otro una disco donde ponían house barato y pop reencauchado. Fui a otro sitio pero más tranquilazo, un lounge, no se si sería lo que ellos llaman una “Confiteria”, pequeño y al aire libre. Sin duda Buenos Aires tiene una gran movida nocturna.

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